El Congreso de La Habana,
Recordando el papel de la Revolución Cubana en la lucha por unir a las naciones del Sur del mundo y el espíritu de la Conferencia Tricontinental de La Habana de 1966, que convocó a los pueblos de Asia, África y América Latina para trazar un camino de liberación colectiva frente a las graves crisis mundiales y el sometimiento imperial sostenido;
Escuchando los ecos de esa historia hoy, cuando las crisis del hambre, la enfermedad y la guerra abruman de nuevo al mundo, agravadas por un clima que cambia rápidamente y las sequías, inundaciones y huracanes que no sólo amenazan con agudizar los conflictos entre los pueblos, sino que también amenazan con la extinción de la humanidad en general;
Reconociendo el logro de la lucha anticolonial y las victorias obtenidas al combinar un programa de desarrollo soberano en el interior, la solidaridad para la liberación nacional en el exterior y un fuerte bloque del Sur para conseguir concesiones a sus intereses, que culminó con la adopción de la Declaración de la ONU sobre el Establecimiento de un Nuevo Orden Económico Internacional (NOEI);
Aceptando que el proyecto de descolonización sigue incompleto, perturbado por los ataques concertados contra la unidad del Sur en forma de guerras, golpes de estado, sanciones, ajuste estructural y la falsa promesa de que el desarrollo soberano podría ganarse mediante la integración en un sistema mundial jerárquico;
Enfatizando que el resultado ha sido la divergencia sostenida entre el Norte y el Sur, caracterizada por la misma dinámica que definió el orden económico internacional cinco décadas antes: la extracción de recursos naturales, el cercamiento de la "propiedad intelectual", el saqueo del ajuste estructural y la exclusión del sistema multilateral.
Reconociendo que, a pesar de estos reveses, la llama de la resistencia del Sur no murió; que la búsqueda del desarrollo soberano ha producido logros sin precedentes —desde la alfabetización masiva y la asistencia sanitaria universal, hasta la mitigación de la pobreza y la innovación médica— que permiten hoy una campaña renovada de cooperación del Sur;
Destacando que este potencial de unidad del Sur se percibe como una amenaza para las potencias del Norte, que pretenden una vez más preservar su posición en la jerarquía del sistema mundial mediante mecanismos de exclusión económica, coacción política y agresión militar.
Aprovechando la oportunidad de la actual coyuntura histórica, en la que la crisis del sistema mundial existente puede afianzar las desigualdades o bien alentar el llamado a reclamar el protagonismo del Sur en la construcción de un nuevo orden mundial basado en la justicia, la equidad y la paz.
El Congreso de La Habana llama a: