La pandemia Covid-19 ha puesto de relieve las distorsiones económicas creadas por el capitalismo neoliberal. Entender estas anomalías es también recordar que no fueron creadas por casualidad sino que son el resultado de políticas, prácticas y decisiones deliberadas que fueron diseñadas para enriquecer y fortalecer a unxs pocxs a expensas de muchxs.
En un momento en que la solidaridad y la cooperación internacionales resultan más necesarias que nunca, los gobiernos y los pueblos se repliegan en identidades nacionales y locales adoptando a menudo medidas unilaterales. Los gobiernos autoritarios están recurriendo a intentos xenófobos y racistas para socavar aún más la democracia. Paralelamente, poderosas corporaciones multinacionales siguen impulsando un programa neoliberal de austeridad, privatización y liberalización de las inversiones que durante décadas ha devastado a los pueblos y al planeta.
En este momento de crisis, no debemos limitarnos a reiterar los mismos antiguos argumentos del multilateralismo, el libre comercio y la inversión. Por el contrario, debemos reimaginar un orden mundial nuevo y diferente, un multilateralismo democrático, equitativo y responsable que ofrezca espacio a la solidaridad y a la cooperación entre los Estados y los movimientos populares a fin de promover los derechos humanos, la justicia y la igualdad.
Esta pandemia cambiará de forma permanente la economía mundial y la salud pública. Toda recuperación deberá ser igualmente única y duradera. Tenemos la oportunidad de hacer frente a la actual distribución injusta del poder en la gestión económica y financiera internacional,
de reafirmar la soberanía desde una perspectiva progresista y de derechos humanos, de considerar el papel que han desempeñado los países desarrollados en la creación y el mantenimiento de la pobreza y de las privaciones en los países en desarrollo, de revertir las décadas de acatamiento de la doctrina del crecimiento económico y el fundamentalismo del mercado, y de no volver a la normalidad. Esto no solo es necesario para restaurar la soberanía, sino también para construir democráticamente el patrimonio público mundial.
Para salir de esta pandemia con un futuro más amigable, saludable, justo, equitativo y sostenible para todxs, necesitamos: